lunes, 10 de octubre de 2011

Soledad

(final)
n recuerdo cuando Alejandro me ofrecía trabajar para su primo. Decía que no era gran cosa pero que ganaría dinero, lo suficiente para vivir muy bien. Él aceptó el trabajo, yo en cambio preferí no hacerlo. Él pensaba que sería muy fácil trabajar para esa gente, personas del narcotráfico, supongo que sí lo fue, jamás volví a saber de Alejandro. Han pasado más de cuatro años y no se nada de mi viejo amigo desde que decidió trabajar para el narco. A veces me preguntó si hubiera sido mejor haber elegido un bando cuándo puede.
Ya va una semana de la nueva ley y sigo escondido. Las medidas que optaron para la militarización son casi una cacería de brujas. Ya no voy a la escuela, ya que fue el primer lugar donde encontraron a los que ya habían terminado con una carrera y aún no trabajaban, fue injusto con los que sólo estudiaban posgrados, o como en mi caso, que estudiaba una segunda carrera. El presidente dijo que es necesario para nuestro país y que es una medida temporal por el bien común. 
Seguiré escondido el tiempo necesario. Tal vez empiece a pintar otra vez, siempre me ha ayudado a escapar o a internarme más en la soledad, que en este momento me da igual lo que suceda. No quiero ser parte de esto, algunos amigos me ayudan llevándome comida a mi casa y quedándose a platicar; al final termino solo. No he querido hablar con Helena. Me ha llamado pero evito contestarle, no por qué no extrañe su compañía, sino porque simplemente no siento ganas de escucharla. Adrián ha hablado con ella y dice que esta preocupada y molesta, tal vez por eso no quiero saber de ella.


Curiosamente he recibido una llamada inesperada, un número desconocido sin embargo me parece familiar, contesto y es Alejandro. 
Me ha dicho que sabe de la nueva ley y que ha hablado con todos sus antiguos amigos, vuelve a ofrecerme trabajar para su primo. Otra vez me da la oportunidad de elegir un bando. Me encantaba cuándo simplemente era un espectador, ahora tengo que aceptar que estoy dentro del juego y tengo que empezar a mover piezas. Me pregunto: ¿cuál será el mejor bando? No quiero jugar a esto, mi vida esta en manos de cualquiera y estoy seguro que ninguno de los dos bandos están en lo correcto, los dos quieren lo mismo, dinero y poder.
Quizá vuelva a llamar a Helena, a lo mejor ella me ayudé a decidir y a sacarme un poco de esta soledad que ya es un cáncer.

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